Las ilustraciones son de Jopi
Las adivinanzas, los trabalenguas y los rompecabezas son entretenimientos adecuados para los más chicos. Los adultos tal vez prefieran hacer crucigramas o jugar al sudoku.
Estos juegos son muy diferentes entre sí, pero todos consisten más o menos en lo mismo. Se trata de un problema, de mayor o menor complejidad, que debemos resolver.
Los videojuegos parecen muy diferentes a esos juegos más tradicionales, pero también pueden reducirse a la misma fórmula: nos plantean problemas que debemos resolver. Esto vale tanto para el Pac-Man como para el Candy Crush.
Pero con todos los problemas reales y concretos con los que nos enfrenta la vida cada día, ¿no es un poco raro que dediquemos parte de nuestro tiempo libre a resolver también estos otros problemas?
Como es arriba es abajo, como es adentro es afuera
Todos los que nos interesamos en los temas espirituales, en algún momento descubrimos El Kybalión. Este libro tan interesante nos presenta siete principios universales sobre los que vale la pena reflexionar.
Uno de esos principios, el principio de Correspondencia, asegura que siempre podemos descubrir una equivalencia entre diferentes planos, que las mismas estructuras se repiten indefinidamente en toda la Creación. Por ejemplo, lo que percibimos a nuestro alrededor es en todo equivalente a lo que llevamos dentro. El mundo que nos rodea sería una proyección de nuestro mundo interior.
Un listado de estas equivalencias entre lo que llevamos adentro y lo que vemos afuera, sería interminable. Sólo un par de frases a modo de ejemplo:
¿Cómo podrían ser ciertas estas afirmaciones si no fuera porque hay una correspondencia entre lo interno y lo externo?
También podemos observar una equivalencia más general entre la organización de la sociedad, dominada por conflictos que nunca se resuelven, y la estructura de nuestro ego.
O entre los programas de noticias que vemos en la televisión y nuestra manera de interpretar lo que nos pasa: en ambos casos se trata de un recorte arbitrario de la realidad que se enfoca especialmente en lo malo que sucede.
Muchos problemas, una única solución
También existe una correspondencia entre los juegos y la realidad. Por eso nos interesa jugar.
Los juegos pueden parecer muy diferentes de la realidad, pero tienen su misma lógica y nos proponen desafíos equivalentes a los de la vida real.
Disfrutamos de los juegos porque nos plantean problemas que sí podemos resolver. De la misma manera, la realidad también nos plantea problemas. Pero los problemas de la realidad no son tan simples.
Dice la lección 79 de Un Curso de Milagros:
Pareces enfrentarte a una larga serie de problemas, los cuales son todos diferentes entre sí, y cuando uno se resuelve, surge otro y luego otro. No parecen tener fin. En ningún momento te sientes completamente libre de problemas y en paz.
El mundo parece presentarte una multitud de problemas, y cada uno parece requerir una solución distinta. Esta percepción te coloca en una posición en la que tu manera de resolver problemas no puede sino ser inadecuada, haciendo así que el fracaso sea inevitable.
Nadie podría resolver todos los problemas que el mundo parece tener. Éstos parecen manifestarse en tantos niveles, en formas tan variadas y con contenidos tan diversos, que crees enfrentarte a una situación imposible.
Si advirtieras el común denominador que subyace a todos los problemas a los que pareces enfrentarte, comprenderías que dispones de los medios para resolverlos todos.
Sentimos que la felicidad depende de que podamos resolver los problemas que nos preocupan. Pero pasan los años y sigue habiendo problemas que nos impiden ser felices.
Un Curso de Milagros asegura que hay un único problema: vivimos separados de Dios, no estamos experimentando el hecho de que somos uno con Él y con nuestros hermanos.
Eckhart Tolle también propone que hay un solo problema: estamos separados del momento presente, no lo experimentamos de manera plena y consciente.
Para Louise L. Hay también hay un único problema: no nos amamos incondicionalmente a nosotros mismos.
Son diferentes maneras de describir la misma situación: fuimos creados para experimentar dicha plena sólo por el hecho de existir, de estar vivos aquí y ahora. Y en lugar de experimentar en cada momento ese bienestar completo y perfecto… estamos preocupados por algún problema.
Liberémonos por un momento de toda preocupación y angustia. Respiremos lenta y profundamente. Pongamos en nuestros labios una sonrisa imperceptible. Y declarémonos plenamente felices.
Juguemos a sentirnos bien en medio de los problemas, un instante a la vez.
Es el único juego que vale la pena jugar.
Axel Piskulic
Estos días estoy tan nerviosa, que no soy capaz de pensar, no soy capaz de concentrarme, pero leerte siempre me produce paz. Intento desconectar de lo que me preocupa, pero me cuesta mucho. Gracias por tus palabras, siempre.
Que la Luz, el Amor y la Paz del Creador se Manifieste Aquí, Ahora y por Siempre 🕉💟☮️
Hermoso… me hiciste reflexionar. Me dieron ganas de dejar de pensar… y ser feliz…
GRACIAS!!!!!!!!!
Axel… muy asertivo con todos tus textos, y ciertamente cuando estamos en unicidad con Dios, estamos en paz y se dan los milagros. Eso nos enseña el Curso de Milagros, estar en paz con uno mismo y con nuestro ser interior. Un abrazo.
Hola Axel, siempre leo tus posteos y son muy buenos, sintéticos y hacen reflexionar.
Ahora te hago un comentario a lo largo de estos años, no siempre he concordado con el principio de correspondencia. Como lo decis en el texto «El mundo que nos rodea sería una proyección de nuestro mundo interior».
Realmente intento entender esto, pero si yo veo injusticia social no creo que esa injusticia social esté en mi ser interior. Llevado a un plano mucho mas extremo y sólo como ejemplo, si veo alguien que es sádico y perverso, incluso asesino, lejos está de mi ese tipo de comportamiento. ¿Se entiende?
Me gustaría saber tu opinión y si fuera factible que escribas un artículo al respecto.
Hola Luis, muchas gracias por la visita y por dejar tu mensaje!
Es un tema complicado porque siempre confiamos en nuestras emociones y en nuestro sentido común, que en este caso nos aseguran que no llevamos un equivalente interno de todo lo que vemos afuera.
Para empezar a descubrir la clave de este asunto es necesario concentrarnos primero en los hechos reales y concretos que suceden a nuestro alrededor y que nos afectan exageradamente. Es precisamente esta característica (que nos afectan exageradamente) la señal de que hay algo de nuestro mundo interior que está involucrado. Plantear un caso hipotético, como el de un imaginario asesino serial, no nos sirve como punto de partida.
Sí hay un artículo acerca de este tema en este blog: Tres formas de Proyectar
Te mando un gran abrazo…!!!
Axel Piskulic
Consultas personales