Esta imagen del gato que se mira en el espejo y se ve a sí mismo como un león aparece en diferentes sitios web que promueven actividades relacionadas con la autoestima.
Pero siempre que la veo pienso que cualquier relación de amor, incluida la que tenemos con nosotros mismos, se debilita si está basada en fantasías. Cuando lo que nos gusta de alguien es algo irreal o ilusorio, tarde o temprano tendremos un desengaño.
El gato de la imagen bien podría mirarse en el espejo y verse tal como realmente es y aún así sentirse hermoso, perfecto y feliz.
Pero es cierto que las personas con un bajo nivel de autoestima deben revisar la imagen que tienen de sí mismas, porque normalmente esa autoimagen está distorsionada y suele mostrar rasgos que en general son perfectamente normales, pero que aparecen exagerados como si se tratara de defectos inaceptables.
La idea es que podamos vernos tal como somos… y aún así aceptarnos y querernos incondicionalmente.
La siguiente es una escena de la película «Angel-A», del director francés Luc Besson. El protagonista se encuentra con su propio «ángel de la guarda», un ángel muy especial…
Todos podemos hacer una lista de las cosas que nos gustaría tener y no tenemos… y tal vez nunca podamos alcanzar. Pueden ser rasgos o cualidades personales o pueden tener que ver con nuestra realidad «exterior», relacionadas con nuestro trabajo, nuestros ingresos, nuestras relaciones, etc.
Pero hay diferentes maneras de desear. Tenemos muchos deseos que pueden cumplirse o no sin que esto nos afecte profundamente. Pero cuando sentimos que nuestra felicidad depende de alcanzar determinadas metas, cuando sentimos que nuestra felicidad exige que se cumplan primero determinadas condiciones, entonces estamos en problemas.
Es que la verdadera felicidad es un estado interno que no tiene que ver con posesiones ni relaciones ni rasgos personales. Es un estado de plenitud que tiene lugar en nuestro interior y que en muy gran medida es independiente de nuestras circunstancias y de nuestras cualidades.
Algunas pistas interesantes que confirman esta proposición:
Casi sin excepciones cada momento encierra elementos maravillosos de los que podemos disfrutar… aunque sólo sea durante los breves instantes en que seamos capaces de sostener nuestra atención y apreciar lo bueno a nuestro alrededor.
En la medida que aprendamos a regalarnos el placer de disfrutar de quiénes somos y de las cosas que sí tenemos, seguramente que aprenderemos a valorarnos y a querernos tal como somos, en la comprensión de que no importa que no podamos cambiar muchas cosas de nosotros mismos o de nuestra realidad, porque aún así somos perfectamente capaces de ser felices, es decir, de vivir con alegría, plenitud y paz.
Cómo aumentar la autoestima
El ejercicio del espejo
Un ejercicio muy sencillo para aumentar la autoestima, propuesto por Louise L. Hay en su libro «Usted puede sanar su vida», consiste en mirarse en un espejo y decir en voz alta afirmaciones positivas respecto de nosotros. Podemos aprovechar cualquier oportunidad en que pasemos frente a un espejo o podemos destinar especialmente unos pocos minutos cada día a practicar este ejercicio. Incluso es suficiente un pequeño espejo de mano ya que lo más importante es encontrarnos con la propia mirada mientras repetimos nuestras afirmaciones.
El trabajo con el espejo es muy poderoso. La mayor parte de los mensajes negativos que recibimos de niños venían de personas que nos miraban directamente a los ojos, y que quizá nos amenazaban con un dedo. Hoy, cada vez que nos miramos al espejo, casi todos nos decimos algo negativo: nos criticamos por nuestra apariencia o nos regañamos por algo. Mirarse directamente a los ojos y expresar algo positivo sobre uno mismo es, en mi opinión, la manera más rápida de obtener resultados con las afirmaciones.
Louise L. Hay
El siguiente video (muy bueno!) nos muestra ejemplos de afirmaciones positivas.
Podemos usar las afirmaciones para reconocernos cada una de las cualidades positivas que ya tenemos y también para favorecer el desarrollo de aquellas que queremos hacer crecer en nosotros.
Al repetir las afirmaciones probablemente al principio experimentemos algún grado de incomodidad y escepticismo. Y es precisamente sobre esas resistencias que actúan las afirmaciones, para conseguir finalmente reemplazar las antiguas creencias limitantes por otras positivas y saludables.
Axel Piskulic